HIDRATARSE ES VITAL, NO ESPERES A TENER SED
Nos encontramos ya en época estival, probablemente pronto disfrutaremos de unos días de merecidas vacaciones y, tal vez, los aprovechemos para practicar una de nuestras actividades favoritas, el senderismo. En esta entrada quiero dar unos consejos sobre un aspecto clave a considerar durante nuestras rutas y salidas,especialmente en verano, pero que tampoco hay que descuidar en otras épocas del año, la Hidratación.
Tu cuerpo está formado por un 70% de agua. Puedes aguantar hasta 40 días sin comer, pero apenas 10 sin beber. Mientras realizamos cualquier ejercicio nuestra piel transpira para mantener nuestra temperatura constante, debido a la transpiración sudamos y, por ello, nuestro cuerpo pierde parte de ese agua, acompañada desales minerales y diversos electrolitos como el sodio o el potasio. El calor acelera el proceso y nos hace sudar aún más.
¡¡¡PELIGRO: DESHIDRATACIÓN!!!
Si no nos rehidratamos mientras realizamos cualquier actividad física corremos el riesgo de sufrir una deshidratación. Entre los síntomas principales de la deshidratación, más allá de la sequedad de las mucosas que nos provoca la sed, están las náuseas, la falta de fuerza o disminución del rendimiento o la fatiga mental y física. La cantidad de la orina disminuye y su color es más oscuro.
La sed no es una señal de alarma temprana sino un síntoma de deshidratación. Cuando se experimenta sed, es posible que ya haya deshidratación. Por ello no se debe esperar a tener sed para beber, sino que debemos beber de forma continuada y repetida durante toda nuestra ruta.
Pueden aparecer también delirios, inconsciencia, vértigo al ponerse de pie, una repentina aparición de “nieve” visual e incluso en casos realmente severos la muerte.
Una forma sencilla de autodiagnosticar una posible deshidratación, al margen de sufrir los síntomas citados, es pellizcarnos la piel sin clavar la uña y comprobar si se queda la marca, en caso afirmativo podemos considerarlo un síntoma más de estar deshidratados.
Los síntomas pueden aparecer después de haber perdido tan solo el 2% del volumen de agua del propio organismo. Más de un 15% de pérdida puede resultar mortal.
La deshidratación severa, en épocas de calor y acompañada de un ejercicio físico intenso, puede ser la antesala de un golpe de calor por esfuerzo, es decir un transtorno grave del organismo que, al estar expuesto durante un esfuerzo prolongado a una fuente de calor elevada, alcanza una temperatura corporal superior a los 40ºC sin ser capaz por sí mismo de bajar esta temperatura (por ejemplo, mediante la transpiración), lo que conlleva mortalidades de hasta el 70%.
Es mejor “prevenir que curar”, pero en caso de llegar a deshidratarnos gran parte de los síntomas desaparecerán simplemente bebiendo agua, sin ninguna limitación, media hora o una hora después, incluso en deshidrataciones importantes de hasta el 10% del propio peso corporal.
¿CUÁNTO BEBER?
Una persona normal, diariamente debería beber al menos 2 litros de agua. Si realizamos un ejercicio físico intenso y si además lo hacemos expuestos al calor esta cantidad debería aumentar significativamente.
Una sencilla regla para saber lo que debemos beber normalmente es multiplicar nuestro peso en kg. por0,036. Ejemplo: una persona que pese 70 kg. debería beber al día 70×0,036=2,52 litros de agua.
Como ya se ha indicado, lo apropiado es beber de forma repetida y durante toda la ruta. Es decir, es mucho mejor ir bebiendo pequeños tragos con frecuencia que grandes tragos en menos tomas. Lo ideal, al menos, son unos 50-100 ml. cada 15-20 minutos. Otra manera de hacer una estimación rápida del líquido que debemos llevar para una ruta es calcular al menos un litro de agua por cada dos horas de trayecto, aunque para esto necesitamos saber, de antemano, la duración aproximada que va a tener nuestra ruta.
Otra práctica que podemos llevar a cabo y que nos ayudará a mantenernos correctamente hidratados es pesarnos antes del inicio de la actividad física que vayamos a desarrollar (en este caso una ruta de senderismo). Al finalizar nos volveremos a pesar y por cada 1/2 kilo de peso que hubiéramos perdido en la ruta sería recomendable ingerir unos 2 ó 3 vasos de agua.
¿QUÉ BEBER?
En cuanto al tipo de bebida que nos conviene llevar, lo ideal es agua y que ésta contenga además sales minerales como el potasio, el sodio o el magnesio. Es por ello que son recomendables también las bebidas isotónicas (Gatorade, Aquarius y similares).
Una fórmula casera para preparar una bebida isotónica nosotros mismos es mezclar un litro de agua con 10 gramos de sal, el zumo de un limón pequeño y 60 gramos de azúcar.
Indirectamente podemos hidratarnos si además de líquidos ingerimos algún tipo de fruta durante nuestra ruta, lo que además nos proporcionará azúcares e hidratos de carbono que nos aportarán energía.
No conviene beber en exceso té, café o refrescos de cola (que también contengan cafeína), puesto que una ingesta elevada de cafeína es diurética, lo que hará que orinemos más y por tanto eliminemos más agua de nuestro cuerpo deshidratándonos.
¿CÓMO TRANSPORTAR LÍQUIDOS?
De lo dicho anteriormente se desprende el hecho de que para una salida de un día necesitaremos transportar del orden de 2 a 3 litros de líquido para hidratarnos sobre la marcha. Conviene saber si durante el recorrido existen fuentes o puntos en los que podamos avituallarnos de agua u otros líquidos, lo que nos puede permitir cargar con menos cantidad si planificamos adecuadamente los repostajes.
En cualquier caso existen multitud de métodos y/o envases para transportar los líquidos mientras practicamos el senderismo en Portago encontrarás una gran variedad de ellos como los que te mostramos a continuación:

Fuente: experienciasactivas